
llega el agua que cubre mi sed
perdiendo desiertos al alba
regando la sequía solitaria de mi ser
Porque hay en mi andar
un halo de silente soledad
un grito de esperanza
resquicio de mi azul, de sal
Allí donde nace el viento
y se cantan olvidos
se contempla el tiempo
sin brújula o destino

perdiéndose en mis dedos
los sentires y misterios
que hacia el olvido se van yendo
Girando con el viento
abriendo mis alas al vuelo
regalo los lamentos al cielo
la intranquilidad de mi cuerpo
Cargo en la piel los desvelos
de quimeras y recuerdos
me descalzo los miedos
me despojo los duelos
Una mirada se enciende
en esa latitud de tu despertar
donde la distancia trasciende
las ganas y el ansia de amar
Octubre 19, 2008 -de madrugada-

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