jueves, octubre 23, 2008

Mujer II...

En este solsticio de mi alma
llega el agua que cubre mi sed
perdiendo desiertos al alba
regando la sequía solitaria de mi ser

Porque hay en mi andar
un halo de silente soledad
un grito de esperanza
resquicio de mi azul, de sal

Allí donde nace el viento
y se cantan olvidos
se contempla el tiempo
sin brújula o destino

Se desvanece la sombra
perdiéndose en mis dedos
los sentires y misterios
que hacia el olvido se van yendo

Girando con el viento
abriendo mis alas al vuelo
regalo los lamentos al cielo
la intranquilidad de mi cuerpo

Cargo en la piel los desvelos
de quimeras y recuerdos
me descalzo los miedos
me despojo los duelos

Una mirada se enciende
en esa latitud de tu despertar
donde la distancia trasciende
las ganas y el ansia de amar

Octubre 19, 2008 -de madrugada-

C

4 comentarios:

maria varu dijo...

Amiga Ingrid, tardé algo más de lo que te dije pero aquí estoy.
Hermoso es haber llegado a ese solsticio donde el agua cubre la sed, donde se desvanence la sombra, donde los miedos se descalzan... y es que:

Una mirada se enciende
y el horizonte ilumina,
podemos volar hacia él
con las alas al viento
y mecernos en las ansias de amar.


Petonets i abraçades.

Eria.. dijo...

Que genial el momento en que empieza a mudarse el alma hacia un cielo más claro... besitos varios.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Hay miradas que trascienden en la oscuridad, podemos cerrar los ojos y ver con tanta claridad nuestros adentros, que la esperanza cobra fuerza, y la voluntad se acrecenta.

Allí donde nace el viento
estás tú, para pararlo
hacerlo y volverte calma
sin tiempos ni desvelos.

Besos estimada Ingrid.

Anónimo dijo...

Ha sido un gusto llegar a tu espacio de la mano del azar, para leerte.

Un gusto haber estado aquí.


Saludos...